martes, 16 de octubre de 2007

V.Juego de niños (V parte)






V.

Todas las puertas eran homologas entre si perfectamente simétricas pero estupidamente matemáticas, ni una puerta llamaba la atención, le eran repulsivas. Continúo caminando hasta que el infinito de puertas inexorablemente acabo. Le hubiese gustado asomar la nariz por alguna de las ahora finitas puertas, solo para ver, pero por mas que quisiese no podría, no podía dar pie atrás literalmente, aparte que las puertas ya no estaban, en cambio nada. Hacia el fin del pasillo se hallaba un escalera que hacia la izquierda descendía y a la derecha ascendía o tal vez no. Ya no sabia a que temerle mas si a las monstruosidades de mas atrás o si las decisiones o tal vez insufrible cantidad de penitentes robóticos presentes que desfilaban desgraciados por las escaleras. Bajo entonces hacia arriba y emergió frente una desdichada puerta a mal traer. Se decide a entrar pero al llevar la mano a la manecilla de la puerta descubrió que esta no tenía. Titubeo frente a la imperecedera puerta, pero cada segundo perdido era una nueva posible realidad y esta no le esperaba, el tiempo y la realidad se abstrajeron como un abanico. Concluyo que había millones de posibilidades solo con el tiempo, otros millones con lo que dijese, otros con lo que hiciese, y otros tantos millones más por incontables casualidades. Pronto el entorno se volvió bástate irreal como para tener que estar infiriéndolo.
El tiempo se disponía irregular, sin un sentido métrico real. Lucho por indeterminable tiempo para mantenerse corpóreo pero su realidad le discurría, se veía a si mismo naciendo, luego muerto, anciano, púber, niño, tanta realidad y tan poco tiempo su cerebro se limito a contraerse y negar tan poca capacidad ante el tiempo y su dolor.

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