jueves, 29 de noviembre de 2007

Y si era... no queria.

Y si era… no quería.

Su dolor era inmenso, inoportuno y profundo como mi expectativa que se enredaba y confundía con alegría.
Le ofrecí que se recostara en el sillón para que estuviese más cómoda. Ningún ser humano se resistiría ante tal ofrecimiento en su hora de trabajo, pero ella titubeo y debí preguntar dos veces más a intervalos de veinte minutos. Parecía preferir retorcerse sentada sobre un ínfimo piso metálico.

Agazapado en un rincón la observe durante largos minutos, parecía ser atacada por espasmos de su yo, cuando podía se concentraba y parecía contenerse a si misma y su dolor.

Tenía tan solo una impresión de lo que debía padecer en esos momentos. Con mi intuición me dirigí a mi alcoba. Allí me conecte –literal- En la intranet. Me dirigí a Youtube. introduje los tags que fuese necesarios para una búsqueda exitosa. Luego solo me instruí autodidacta e interactivamente.

Mi plan estaba trazado y listo para ser ejecutado. Proyecte la canción 21st century schizoid man de king crimson por todos los rincones del departamento, para brindarle una agradable sensación de anti-relajo sicótico.

Comenzaba a tener severos reparos respecto de su real humanidad. Ya parecía estar en trance, gracias a los dolores.
Parecía estar más concentrada que nunca respecto a los espasmos.
Algo debía hacer. Entonces deje fluir por unos instantes una amena conversación poco honesta. Luego Salí por unos minutos esperando que se sintiese mas cómoda se relajara y se enfocara en lo suyo. Transcurrido el tiempo necesario, entre golpeando la puerta con gran algarabía.
Ella dio un salto del sillón. Las pieles se corrieron y los músculos cayeron, quedando su ser a la intemperie.
Lo mire y el a mi, parecía tan frágil –y lo era- la gravedad lo agobiaba, era evidente.
Yo sonreía.
Tenia frente a mi nariz un autentico alíen de quien sabe donde, nadie sabia por que venían a la tierra disfrazados aunque su presencia fuese detectada ciento de años atrás.
El alíen era la nana.
-Con razón cocinaba tan rico – dijo mi padre.
- Yo sabia, pero nunca les quise contar- dijo mi mitómana hermana-
-Yo nada dije-

H.

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